Explorar los territorios que nos abre la escritura como pausa para dar cuerpo y sentido a nuestros días. 

Descubrirnos poco a poco a través de nuestros textos. Entre relatos, en las memorias que nos permitan acomodar y encontrar sentidos a nuestras historias, en las crónicas que salven del olvido a tanto, en los cuentos, donde el suspenso nos ponga la piel chinita y la sorpresa nos haga abrir la boca.

Encontrarnos desde el gozo que nos genera la lectura. Explorar autores y obra juntos para tejer la conversación, porque aunque todos leamos lo mismo, cada quien leemos distinto, y lo que a una le cimbra, a otro le pasa de largo.