Un paseo sin rumbo
Transcurrieron semanas en las que, desde el jardín, veía de lejos las poderosas montañas. A veces, aunque no las mirara, sentía que ellas me observaban. Majestuoso a mis ojos, Monte Alto se asomaba como un imponente pliegue del mundo. Pasaron un par de meses en los que nos sedujimos a la distancia. Desde el inicio…